Es importante recordar que el futuro siempre está sujeto a cambios y que nuestras acciones y elecciones pueden influir en él. Para aprender más sobre este tema, te sugiero consultar el artículo sobre predicciones en Wikipedia.
En este artículo, exploraremos lo que la Biblia y las escrituras sagradas dicen sobre el tarot, desentrañando su conexión con la fe y descubriendo si realmente hay un lugar para estas cartas en el camino espiritual del ser humano. Acompáñanos en este fascinante viaje donde la sabiduría divina se encuentra con lo oculto. ¡Tu perspectiva podría cambiar para siempre!
La decisión de utilizar o no el tarot permanece en el ámbito de la libertad specific, siempre buscando la coherencia con la propia fe y convicción espiritual.
¿Alguna vez es aceptable que un cristiano use cartas de tarot, como para fines no dinatorios como juegos o arte?
Se presentan como cosas que absolutamente no pueden ir acompañadas de una vida dedicada a Cristo y a la santidad cristiana.
Confiar en las cartas del Tarot como guía o para descubrir lo que depara el futuro también puede ser un signo de confianza extraviada. En lugar de confiar en la soberanía de Dios, en su provisión y en su voluntad revelada, las personas podrían empezar a confiar en lo que dicen las cartas o en supuestas fuerzas espirituales detrás de ellas11.
eleven Esta comprensión proviene de una visión bíblica que reconoce que existe un verdadero reino espiritual donde las fuerzas se oponen a Dios y sus buenos planes para nosotros (one Pedro 5:8). Involucrarse en prácticas que históricamente han estado vinculadas a estas fuerzas no es solo un acto neutral; podría ser como entrar en un territorio espiritual hostil, incluso si no nos damos cuenta plenamente o no tenemos la intención de ponernos en contacto con los espíritus. ¡Dios quiere protegerte de eso!
Sin embargo, es essential recordar que la fe cristiana se basa en la confianza en Dios y en su palabra, view publisher site no en la búsqueda de respuestas a través de prácticas ocultas.
Confianza e idolatría fuera de lugar: Uno de los mayores peligros es que podemos empezar a poner nuestra confianza en el lugar equivocado. Cuando confiamos en las cartas del Tarot como guía, para echar un vistazo al futuro o para entendernos a nosotros mismos, puede alejar sutilmente nuestra dependencia de Dios y de esas cartas o de lo que parecen decir.eleven La Biblia nos dice una y otra vez que confiemos en el Señor con todo nuestro corazón (Proverbios three:five-six).
19 Este don del Espíritu Santo ofrece una alternativa maravillosa y particular para tratar de encontrar conocimiento o dirección sobrenatural a través de formas prohibidas y potencialmente engañosas. Los cristianos están equipados con una fuente de guía mucho mejor y divinamente aprobada, lo que hace que confiar en prácticas como el Tarot sea innecesario y espiritualmente equivocado. ¡Dios tiene algo mucho mejor para ti!
Sin embargo, si se utiliza el Tarot para la adivinación, para buscar respuestas a preguntas sobre el futuro o para obtener conocimiento a través de medios que no son de Dios, entonces puede ser considerado una práctica incompatible con la fe cristiana.
Vemos esto hoy cuando vemos cómo se despojan de los derechos humanos básicos de las mujeres. Aquí está el peligro de interpretar la palabra de Dios por uno mismo y actuar en nombre de ese Dios. Aquí es donde vemos que la relación entre la biblia y el tarot está madura para la interpretación. Aquí es donde vemos que vivir una vida cristiana bajo la mirada de un Dios amoroso se trata de vivir con Dios en tu corazón. No en la punta de tu espada. El nuevo Testamento
El Tarot no tiene la capacidad de predecir el futuro de forma absoluta. Ofrece interpretaciones que permiten reflexionar sobre decisiones y posibles caminos. Es una guía más que una certeza.
Los encuentros en Hechos, por ejemplo, no eran solo debates teóricos; Eran batallas espirituales directas donde la autoridad de Cristo sobre los poderes ocultos se mostraba claramente. Esto nos dice que para los primeros cristianos, se entendía que estas prácticas implicaban tratar con fuerzas espirituales que estaban en contra de Dios.